Los líderes mundiales, gobernantes y sus allegados tienen como prioridad una agenda personal que satisfacer, antes que atender las necesidades de un pueblo que creyó en ellos.Ante esta desoladora situación debemos cambiar de enfoque.Si queremos ver resultados diferentes, tenemos que sustituir los mismos políticos de siempre por mandatarios con una nueva visión: un cambio de paradigma político.